miércoles, 2 de septiembre de 2015

Salinas de Poza

En poco tiempo he estado dos veces en Poza, la primera de ruta con unos compañeros por las salinas y el castillo y la segunda visitando el centro de interpretación de las salinas.
El día de la ruta dejamos el coche en la parte baja del pueblo, cerca de unos estanques y al lado del camino que se adentra en las salinas.


 En esta zona  han acondicionado y restaurado varios pozos, eras de evaporación  y almacenes de sal, todo muy bonito y bien cuidado. Desde aquí parten varias rutas  para recorrer las salinas, pero nosotros no seguimos ninguna en particular.


 Salimos de la zona más cuidada y despacio ascendimos pasando por varias terrazas, pozos, almacenes de agua y canales. Más arriba vimos dos edificios, que fueron almacenes de sal, pero no llegamos a ellos.


Ascendemos por la ladera de la izquierda en busca del castillo que parece que está cerca pero nos cuesta un buen rato llegar a él.


El ultimo tramo de ascenso por la roca , ahora es más cómodo y seguro, han colocado una cadena que facilita mucho la ascensión.

Castillo

 Entramos en el castillo y nos encaramamos a él, desde aquí las vistas de la Bureba  son extraordinarias,  una planicie hasta donde alcanza la vista flanqueada por los Montes Obarenes a la izquierda y las sierra de la Demanda a la derecha. Por algo los pozanos presumen  de tener el balcón de la Bureba.

Subida a lo alto del castillo
 El descenso lo hacemos en linea recta, pasamos por el palacio y en un "periquete" estamos inmersos en las calles de este precioso pueblo. De trazado medieval con sus casas apiñadas y las calles empinadas y estrechas. La arquitectura está muy cuidada, con edificios de dos, tres y hasta cuatro alturas, y sus fachadas dejan a la vista los entramados de piedra, adobe y madera. ¡Una maravilla!


A las conclusiones que llegué tras esta visita a las salinas fueron del todo erróneas, el primer y más grave error fue pensar que el agua que corría en superficie era salada, probé en uno de los depósitos y así era. Pero nada más lejos de la realidad, el agua que corre en superficie es toda dulce. Pero no tardé mucho en salir de mi error
 La segunda vez que estuve en Poza visité el centro de interpretación, en él aclararon todas mis dudas tras una concisa deserción y  me pareció tan extraordinario el proceso de extracción y su ubicación en sí que paso a contarlo.

Diapiro de Poza
Las salinas están situadas al borde del Páramo de Masa, en un inmenso cráter de 2.5 km de diámetro y constituye uno de los "diapiros" más perfectos que existen.
Diapiro: Columna de rocas evaporatorias que parte de sustrato profundo y atraviesa materiales sedimentarios en forma de intrusión alcanzando o no la superficie. 
En el interior del cráter se encierra una cuenca salinera donde está acuñada la historia geológica desde la formación de la sal, que se corresponde a los periodos Triásico, Jurásico  y Cretáceo.
Tanto el proceso de extracción de sal como su elaboración sigue los mismos métodos que antaño usaron los romanos para explotar las salinas, que es el siguiente:

Caña o pozo
Mediante "cañas" o pozos verticales llegaban hasta el mineral, alguna de estas cañas llegaba a los
 60 m. de profundidad . Una vez en la roca salina hacían unas galerías o túneles que cubrían en su parte baja con gavillas de sarmientos  y llenaban desde el exterior con agua dulce. Esta era recogida en distintos manantiales (Fuente Cubo, Fuente Villa, Fuente del Canto, Fuente la Nava, etc...) y era llevada hasta las "cañas" por canales de madera de pino. El agua disolvía la sal convirtiéndose en "muera", que se extraía a través de las "cañas" en unos recipientes hechos con pieles de cordero cerrados por un lado con una capacidad de ocho o nueve litros atados a una cuerda e izada con la ayuda de una polea. Este proceso tan laborioso tiene un motivo muy concreto para hacerse así. El mineral de sal se encuentra mezclado con arcilla y por eso se colocan las gavillas en el fondo de las galerías,  la arcilla pesa más y queda depositada en el fondo entre los sarmientos.
Toda la muera extraída se almacenaba en pozos excavados en la roca en espera del verano. Una vez vaciada la galería había que descender a ella y sacar las gavillas y la arcilla (trabajo este muy laborioso). Con la galería limpia se repetía el proceso, se introducían nuevas gavillas para cubrir el fondo y se colmaba otra vez de agua.
Llegado el calor y el buen tiempo la muera se extendía en las eras y el sol se ocupaba del resto. Una vez evaporada el agua la sal quedaba en la era y de inmediato era recogida y almacenada en chozas próximas.


Una vez que la muera estaba en la era desaparecía el factor humano y todo quedaba en manos de la providencia. Si calentaba el sol, el agua se evaporaba y el ciclo de la elaboración de sal había concluido. Pero por el contrario si llovía  todo el trabajo se echaba a perder, para ello los pozanos contaban con el buen hacer de los párrocos del pueblo que en caso de amenaza de lluvia se encaramaban al "balcón  del conjuradero" y desde allí con sus conjuros disipaban las tormentas.
Debido a la importancia de la sal a lo largo de la historia, la corona siempre tubo la propiedad de las salinas y a este aspecto se unió el monopolio sobre la venta de sal establecido por Felipe II  en 1564 y perduró hasta 1868.
El castillo fue construido a mediados del siglo XV para defender las salinas y a la vez la villa se protege con murallas. La primera referencia escrita de la villa es el uno de diciembre del 965. Fue repoblada por Fernan Gonzalez y a principios del siglo XI es la cabeza de un pequeño alfoz.
Hasta 1298 fue lugar de realengo, donada por Fernando IV a Juan Rodriguez Rojas, durante toda la edad media se convirtió en un gran centro de producción y distribución de sal vinculada a la familia Rojas.
Con los Reyes Católicos la actividad salinera se vio favorecida por la fundación de la real Cabaña de Carreteros que fomentó el transporte de sal por todo el reino.
A mediados del siglo XX comenzó el declive imparable de las salinas de Poza con la llegada  y desarrollo de las salinas costeras, más rentables y con mayor capacidad de producción.


Actualmente algún vecino  sigue obteniendo la sal como se hizo durante generaciones, y "Los Amigos de las Salinas" recrean esta actividad salinera en unas jornadas para dar a conocer a los más  jóvenes esta actividad en desuso, pero que tanto auge tuvo en el pueblo en tiempos pasados.
 
Fotos antiguas