miércoles, 29 de julio de 2015

Fortaleza de santa Engracia (Pancorbo)

Iniciamos el paseo en la plaza mayor del precioso pueblo de Pancorbo, pueblo milenario que aun conserva en su trazado la primitiva estructura medieval, con su caserío organizado a lo largo del estrecho desfiladero y a los pies del inexpugnable castillo de santa Marta.
Me encamino hacia la iglesia de Santiago, hoy reconvertida en museo, enclavada en lo que fue la judería en la etapa medieval.

Abandono el pueblo y por estrechos senderos que discurren por la empinada ladera me dirijo airoso hacia lo alto del cerro, donde está situada la fortaleza.

  
Gano altura rápidamente y la perspectiva del entorno cambia a una velocidad de vértigo. En la foto se aprecia la estrechez del desfiladero  y las apreturas del caserío siguiendo la  antigua estructura medieval.


 El farallón rocoso es, sencillamente, espectacular. Pero me va a costar alcanzarlo más de lo que pensaba, la senda avanza tortuosa por la empinada ladera. Menos mal que con la escusa de hacer fotos voy parando de vez en cuando para recuperar el resuello.

Castillo de santa Marta
Paso junto al castillo de santa Marta, pero para acceder a él tengo que perder cota y con lo que me está costando subir decido dejarlo para el descenso. 

Casi he alcanzado la fortaleza y desde esta altura las vistas son espectaculares, como esta del desfiladero.

Al fin alcanzo las primeras construcciones que como se aprecia su estado es ruinoso. 
He tardado un poco menos de una hora en subir  y parecía que no era nada.


A lo largo de la fortaleza hay situados paneles informativos  para que el visitante se pueda hacer una idea de la magnitud de la empresa en que se embarcaron el estado mayor y el gobierno de Carlos IV en 1794, año que comenzó su construcción. 

Demos un pequeño paseo por la corta historia de este baluarte defensivo.
La construcción se llevó a cabo entre los años 1794 y 1797  como medida preventiva tras la declaración de guerra de España a Francia en el año 1973, como habían hecho con anterioridad el resto de monarquías europeas. La revolución francesa convulsionó Europa  y los países del entorno se preparaban para lo peor.

El estado mayor decidió plantar cara a los franceses, ante una hipotética invasión, planificando una linea defensiva al sur del Ebro, eligiendo Pancorbo como el jugar ideal para instalar una gran fortaleza.


Dotada con 173 piezas de artillería de distintos calibres, 600 caballos y 10.000 soldados.
Hasta ahora todo en orden, pero tras la alianza franco-española sellada en el tratado de Basilea se paraliza la construcción y la fortaleza quedó en total abandono, lo que propició su expolio y ruina.
En el año 1808 Napoleón y su proyecto imperial llama a la puerta de España, con el pretexto de invadir Portugal las tropas galas penetraron en España y la fortaleza fue ocupada por el ejercito de Napoleón. ¡Sin encontrar la más mínima resistencia! ¡Esto solo puede ocurrir en España!
Los franceses no daban crédito, sin un disparo se habían hecho con un lugar estrategico de suma importancia y con la idea de preservar la fortaleza hicieron en ella grandes obras de conservación y mejora.

 Permaneció en manos francesas hasta 1813, año que el general Welinton asedió la fortaleza en lo que se conoció como "el sitio de Pancorbo". Los ingleses no tardaron en arruinar la fortaleza y los gabachos se rindieron.

Cuevas utilizadas como almacenes o refugio para la tropa

 El ejercito francés en su huida fue derrotado en la batalla de Vitoria antes de abandonar España definitivamente.
En el año 1920 el gobierno decide restaurar la fortaleza para que continuara sirviendo con fines militares, pero en el año 1923 una nueva invasión francesa, esta vez para restaurar la monarquía tradicional absoluta y colocar en el trono a Fernando VII. A esta nueva entrada de los franceses en España se la dio el nombre de" la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis." Al frente del ejercito se encontraba el duque de Angulema. La fortaleza fue tomada por los franceses nuevamente el 19 de abril. Pocos meses después se dio la orden de su destrucción total.









Desde la fortaleza la vista es espectacular, nos encontramos a 1038m. de altitud, con la Bureba a nuestros pies y al fondo la sierra de la Demanda.



Comienzo el descenso, que es muy rápido y sin apenas dificultades, cuando me doy cuenta estoy a la puerta del castillo de santa Marta.


Mandado construir en el ultimo tercio del siglo IX por el conde Diego Porcelos y enclavado en la linea defensiva conformada  por los castillos de Ibrillos, Grañon, Cerezo, Cillorigo y Pancorbo para impedir el avance de los sarracenos desde el valle del Ebro hacia la meseta castellana.

Su emplazamiento es excepcional. Encaramado en una singular cresta rocosa,  sus constructores tuvieron  que levantar puentes para unir las distintas construcciones elevadas en precario equilibrio sobre el desfiladero.


Quedan pocos restos, pero suficientes para hacernos una idea de como fue el castillo. En su etapa medieval  aguantó los asedios enemigos con entereza, nunca fue conquistado, el enclave es inexpugnable.
La destrucción total del castillo es relativamente cercana en el tiempo. Esta se produjo el 10 de agosto de 1835 durante las guerras Carlistas.


Llegar al pueblo es cuestión de minutos, me adentro otra vez en sus estechas callejuelas disfrutando de su singular trazado.
La ruta es cortita y a escepción del ascenso que es duro de narices, el resto es un precioso paseo donde a cada paso que das vas descubriendo nuevas emociones,  paisajes increibles, construcciones espectaculares, naturaleza en estado puro...