miércoles, 21 de mayo de 2014

Pozo Negro y alto Otero

Nos acercamos a Fresneda de la Sierra Tirón un día de primeros de mayo. Hace una temperatura esplendida cuando abandonamos el coche en el albergue de "Tres Aguas". Últimos preparativos,  ojeada rápida a la mochila por ver si esta todo en orden y a las nueve y cuarto comenzamos a caminar.
 El acceso para vehículos está cortado desde el mismo albergue,un grueso cable cruza el camino de lado a lado.
El camino discurre paralelo al curso del río Tirón,como aún dura el deshielo el caudal es abundante.
El bosque está en plena ebullición, las hayas comienzan a brotar cubriendo sus ramas de color verde pálido, los brezos están  pletóricos  y sus flores malvas contrastan con el resto de tonos verdes del entorno.
Varios arroyuelos discurren saltarines por las empinadas laderas al encuentro del Tirón.
Después de, más o menos, tres kilómetros una señal nos indica que debemos abandonar el camino. Saltamos el río sin dificultad y nos adentramos en el hayedo.
Un poco más adelante tenemos que cruzar, otra vez, el río. Esta vez sobre un puente, un poco precario, que han construido con el tronco una haya seca.
A partir de aquí hay que "apretarse los machos" pues comienza la subida "en serio". El cambio de ritmo es "a lo bestia". Hasta aquí, aunque es subir, el camino se hace muy cómodo. Pero a partir del momento que cruzamos el río el sendero gana altura con unos desniveles de escándalo. Parecemos unos desconocidos, hasta hace un momento todo eran bromas y risas y ahora no nos dirigimos la palabra.
 Aunque hay algún descanso, esta primera parte de subida se hace muy dura.
El serpenteante sendero nos conduce de nuevo hasta el río, que cruzamos y caminamos un trecho junto a su cauce. Al abandonarlo nos topamos con una pared, mucho más dura, que el tramo anterior. Ascendemos en zig-zag  pero aún así tenemos que parar cada pocos pasos para tomar un poco de aire y poder continuar con la dura ascensión. 
Dejamos atrás el hayedo y ya solo nos queda superar un espeso brezal para llegar al circo glacial. No guardo recuerdos de este brezal, había estado aquí otras dos veces pero con nieve, mucha nieve, tanta  que los brezos estaban cubiertos y había pasado sobre ellos sin percatarme.
Llegamos al pozo Negro, por fin veo el agua. ¡Magnifico! No lo imaginaba tan grande. Fotos de rigor y para reponer fuerzas trago de "orangina". Se creen que han inventado algo, pero esto que se hace llamar bebida energética  ya lo tomábamos cuando eramos chavales. ¡Dichosa orangina!
Desde el pozo observamos y buscamos la mejor ruta para alcanzar el alto Otero. En el ultimo tramo de la ladera hay una visera de nieve por lo que encaminamos nuestros pasos a la zona que nos parece más accesible.
Un ultimo esfuerzo y alcanzamos la cima, la vista es magnifica. Estamos rodeados de picos, logro situar "El San Lorenzo, Torocuervo, San Millán,  Trigaza y Mencilla" Aun hay más picos pero desconozco sus nombres.
Arriba no hay quien pare, la temperatura a caído en picado y el viento es muy fuerte, por lo que con rapidez iniciamos el descenso. Optamos por un camino, que aunque da mucho rodeo, no tiene grandes desniveles. Cuando estamos frente al pozo tomo unas fotos preciosas (para mi gusto).
  Continuamos descendiendo y en cuanto entramos entre los pinos hacemos un alto para tomar un bocado. Hace un frío que pela,  por lo que la parada es breve. Continuamos con el descenso y comprobamos los destrozos que ha hecho el viento a estas altitudes.
Hay copas y ramas por el suelo, pinos desarraigados que hacen impracticable el camino.
El descenso es prolongado y monótono y para animarlo un poco decidimos tomar un camino hacia la izquierda. Avanzamos sin dificultad durante dos kilómetros aproximadamente hasta que el camino se empieza a difuminar y un poco más adelante desaparece.
Continuamos a través del hayedo y ni tan mal, el suelo está limpio. Lo peor son las zonas de pinos porque el suelo esta cubierto de ramas y brezos,  el avance se hace lento y penoso. 
Aunque llevamos bastante tiempo descendiendo, desde un lugar que alcanzamos a ver el camino en el fondo del valle, nos damos cuenta de lo mucho que nos queda para llegar al fondo. Alguien dijo:-" No hay atajo sin trabajo." ¡Que razón llevaba".
 Después de mucho tiempo de descenso nos adentramos en unos prados en el fondo del valle y al  poco tiempo salimos al camino principal. Una señal indica que aún nos quedan 3.5 Km. para llegar al coche. Un ultimo esfuerzo y alcanzamos el albergue.
Son casi la tres y media. Hemos empleado un poco más de seis horas para hacer casi 22 Km.
Para ver mas información y un plano de la ruta pincha en el siguiente enlace.  http://www.endomondo.com/workouts/335397859/14928748